“Triage” significa clasificar o seleccionar y fue de uso común en labores agrícolas. En el contexto médico se usó inicialmente, por indicación de Napoleón Bonaparte al jefe médico de sus tropas Dominique Jean Larrey, en ella se establecía que debían trasladarse del campo de batalla a los hospitales.

Gracias a su eficacia, su aplicación continuó en conflictos bélicos posteriores y sigue vigente. El objetivo de esta selección, fue la pronta y oportuna atención a soldados y civiles heridos, de acuerdo a la severidad de las lesiones y los recursos existentes, se categoriza la urgencia identificando los no recuperables y distinguiéndolos de los recuperables.

En la atención de urgencias, el Triage, impulsó a clasificar la gravedad e identificar quien requiere atención inmediata y quien puede esperar de manera segura, valorando las necesidades del paciente para determinar el sitio apropiado y el tratamiento definitivo.

En obstetricia, la estrategia del Triage se usó desde 1999 en Canadá; los países que lo han implementado son Inglaterra, España, Chile, El Salvador y México, en el año 2002 el Instituto de Salud del Estado de México.
El Triage obstétrico es un proceso de valoración rápida de las pacientes obstétricas, aplicando un sistema de escalas, que las clasifica en función de su gravedad/emergencia para recibir atención médica inmediata o su espera segura hasta ella.
Permite identificar rápidamente pacientes candidatas a la activación del Código Mater para la participación del Equipo de Respuesta Inmediata Obstétrica (ERIO).

Su aplicación objetiva y lógica, permite la planificación de la atención inmediata, la satisfacción de la demanda y la reducción de la morbilidad y mortalidad materna y perinatal y deberá adaptarse a las características normativas, de estructura, equipamiento y en general de recursos con los que cuenta la institución y la unidad en particular, con base en su marco normativo, estructural y funcional.